Dios puede acceder a ciertas súplicas sin derogar la inmutabilidad de las leyes universales


Dios puede acceder a ciertas súplicas sin derogar la inmutabilidad de las leyes universales

Uno de los atributos de Dios que el espiritismo reconoce es su inmutabilidad y se puede apreciar en una de sus segundas ediciones traducidas al castellano del libro de los espíritus (Kardec, 1975). Es preciso señalar qué significa que Dios sea inmutable para el espiritismo, porque dicho concepto puede suscitar diferentes interpretaciones. En concreto, dicha inmutabilidad es que Dios no esta sujeto a cambios, ya que, de lo contrario, "ninguna estabilidad tendrían las leyes que rigen el universo" (Kardec, 1975, p. 52). Es decir, si hoy Dios es soberanamente bueno y justo, mañana no será malo e injusto. 

Por otra parte, hay quienes han atribuido a esa inmutabilidad más características, como, por ejemplo, que dicha inmutabilidad le impediría responder a las súplicas de los seres humanos encarnados, porque, de lo contrario, Dios estaría sujeto a cambiar sus leyes en función de los caprichos o peticiones humanas. Un ejemplo de esta interpretación es la del Jesuita Blanco (1903).Dicha consideración puede parecer atractiva y asertiva, pero, luego de reflexionar detenidamente en ella, he llegado a la conclusión de que es errada. En primer lugar, es errada porque si Dios responde a las oraciones de los espíritus encarnados lo haría en el marco de sus atributos inmutables. O sea, si sabemos que Dios es justo, si desea responder lo hará con justicia divina. Y, no como cree el Jesuita Blanco (1993), que sus respuestas promoverán injusticias. En segundo lugar, es errada esa interpretación porque entendemos que Dios es único (Kardec, 1975), de modo que su obrar no puede ser comparado con nada de lo que conocemos. Por último, en tercer lugar, es errada porque no podemos comprender exhaustivamente a Dios (Kardec, 1975), de modo que no tenemos la información suficiente para limitar su campo de acción.

Kardec (1987), como se puede apreciar en una de las traducciones al castellano de su obra el Evangelio Según el Espiritismo, también refutó la negación a Dios de responder a las oraciones en función de su inmutabilidad. Precisamente, en el capítulo pedid y se os dará, planteó, en coherencia con parte del mensaje que conocemos de Jesús, que el ser humano fue dotado de libre albedrío y de voluntad para tener iniciativas, entre las que destaca la humildad y la sincera comunicación con la divinidad. Es decir, por medio de la oración puede agradecer y/o solicitar fuerza y sabiduría para enfrentar las diferentes dificultades de la vida. La respuesta siempre dependerá de la infinita sabiduría de Dios. En palabras de Kardec (1987), "Dios puede, pues, acceder a ciertas súplicas sin derogar la inmutabilidad de las leyes que rigen el conjunto, quedando siempre su acción subordinada a su voluntad" (p. 377). 

En síntesis, no existiría contradicción entre la inmutabilidad de Dios y su posibilidad de responder a las oraciones.

Un abrazo a quienes hayan podido leer este texto. 

Referencias bibliográficas

Jesuita Blanco. (1903). Manifestación de algunas contradicciones de las obras de Kardec. Disponible en: https://www.pedrocontinuador.net/kardec.htm

Kardec, A. (1975). El libro de los espíritus (2ª ed.). Barcelona. 

Kardec, A. (1987). El evangelio según el Espiritismo. Barcelona: Humanitas. 


Felipe Nicolás Mujica Johnson.

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